Sismos y huracanes

Henriette-Cerralvo

La península de Baja California ofrece algunos de los paisajes más prístinos de México. Con una longitud de 1300 km y un ancho de (45-240) km, está separada del territorio continental de México por el Golfo de California (GoC, Sedlock, 2003). Tectónicamente, GoC es un sistema de rifting oblicuo que presenta una intensa sismicidad en el sistema de transformación. Además, esta región del mundo es propensa a ciclones tropicales como huracanes. Los huracanes del Pacífico azotaron la parte sur de la península de Baja California con mayor frecuencia durante la segunda mitad del siglo XX. Los huracanes impactan enormemente la parte sur de la península de agosto a septiembre. Durante los últimos quince años, catorce huracanes azotaron la península de Baja California. Algunos de ellos bajaron su fuerza al acercarse a la península, aterrizando como tormentas tropicales. A pesar de los avances en la prevención de desastres, hay muchos aspectos de los peligros naturales que aún son impredecibles. Debido a su comportamiento incierto, la mitigación y la respuesta de emergencia resultan ineficaces en muchas situaciones. Los terremotos y huracanes representan dos problemas importantes de prevención de desastres, que no siguen los protocolos complementarios de preparación para emergencias. En México, si se siente un terremoto o se recibe una alerta temprana, la mayoría de los planes de respuesta de emergencia requieren la evacuación de los edificios, mientras que, en presencia de huracanes, se recomiendan acciones opuestas. Surge una gran preocupación si ambos eventos coinciden. Presentamos un estudio de caso cuando el Terremoto de Cerralvo (Mw = 6.1) ocurrió el 1 de septiembre de 2007 cuando un Huracán de Categoría 1 (Henriette, 2007) azotó La Paz, Baja California, península durante la secuencia de réplicas. Durante la advertencia de huracán, varias réplicas golpearon la ciudad. Problemas adicionales empeoraron la situación ya que las estaciones sísmicas estaban fuera de comunicación porque las condiciones climáticas influyeron en la telemetría en tiempo real. Por lo tanto, no fue posible una ubicación precisa del terremoto y la ubicación preliminar de los epicentros de réplicas del Servicio Sismológico Nacional de México (SSN) fue inexacta.